Hoy 8 de marzo las mujeres salimos a tomar las calles; marchando, gritando, llevando pancartas, pañuelos y tambores. Nos encapuchamos o nos ponemos el vestido que en un día común y corriente no nos permitiría salir sin sentir que somos presa del pervertido que en una esquina nos acecha. Este día luchamos por la soberanía de nuestro cuerpo, nuestra vida y nuestros derechos.
En México son asesinadas más de 10 mujeres todos los días. Mismo país donde existe la cultura de determinar la cantidad de respeto que merecemos conforme a la cantidad de ropa que llevamos puesta. Aún cuando el violador existió primero que la minifalda, sigue siendo nuestra culpa. Hace unas semanas se viralizó un video en la red social de Tik Tok, donde una chica explicaba un supuesto código de vestimenta para el 8M; ropa negra y maquillaje sobrio, expresaba que no debían buscar protagonismo por medio de su apariencia, ya que no era una celebración. Antes de profundizar y revisar los comentarios de las morras quise pensar en una justificación para exigir estos lineamientos. Por ejemplo, entendemos que por seguridad las chicas del bloque negro deben vestir de negro y estar encapuchadas, también contemplamos que asisten compañeras de luto y aunque estamos de acuerdo en que este día no se conmemora como una celebración, hay algo respecto a limitar nuestra forma de vestir que me hizo mucho ruido. ¿No es la marcha uno de los pocos momentos del año en que podemos salir a la calle vestidas como nos da la gana sin sentirnos vulnerables? El día en que nadie juzgará mi maquillaje ni mi forma de protestar.
Hermana, el día de hoy se siente irreal porque estar todas juntas y seguras, aunque sea un momento es como la muestra de lo que anhelamos vivir todos los días, te invito a protestar y hacer de todo menos quedarte callada, desde tu espacio; redes, casa, escuela, trabajo o las calles. Toda manifestación de tu persona es una protesta el día de hoy, incluso tu ropa o tu maquillaje, y si ni tu propia madre te dice cómo debes vestirte, tampoco tus compañeras de lucha deberían hacerlo.
Hay quienes nos quieren exigir un lineamiento para ser buenas feministas, pero asimilar el movimiento como un transcurso agridulce y muy cambiante es algo que solo con el paso de los años logramos entender. Abracen sus procesos, sus errores y sus aprendizajes, disfruten la individualidad de su experiencia y el cobijamiento colectivo, somos la suma de todas nuestras expresiones personales.