Después de varios años de seguir el trabajo de Liz Jardon, por fin la vida me permitió conocerla y entrevistarla, hablamos de políticas laborales, su participación en el desfile de Carolina Herrera y escuchamos a su perrito roncar; aquí, el resultado de la apertura y calidez de Liz. –Sofía Zavala
Durante los inicios de su carrera como maquillista, se concentraba en un ámbito más convencional del maquillaje, como sociales y novias. Sin embargo al verse rodeada de personas en la industria es cuando comienza a colaborar en editoriales y con ayuda de fotógrafos, modelos y stylists creó un book con el que su posicionamiento empezó a crecer alas. Las editoriales le permitieron explorar su creatividad y mostrar al máximo sus capacidades.
La moda puede parecer muy lejos de nuestro alcance, vemos las editoriales en revistas y a las modelos en los anuncios de perfume. No se encuentran en nuestra cotidianidad, sin embargo, al empezar a aventurarnos en la moda, existe un momento en donde vemos nuestros sueños volverse más tangibles. Para Liz, este momento llegó cuando la comenzaron a buscar para realizar maquillaje en marcas o medios más grandes. La vida da un montón de vueltas y gracias a las personas que la rodeaban hace 10 años, que es cuando inicia su carrera, deja la idea de maquillar quinceañeras o novias y ahora esta detrás de looks de personas como Elsa y Elmar, Silvana Estrada, Mon Laferte y recientemente, pasó a ser parte del equipo de maquillistas del desfile de Carolina Herrera Resort 2025.
Asistir y ser asistido
En la moda es imposible básicamente llegar y estar directamente a cargo de una producción, para llegar a eso se comienza en un puesto: asistente. Liz coloca un hincapié en la forma en la que asistir a personas que ya se encuentran en el medio es una forma de comenzar a sumergirse en la moda, crear un book, obtener seguridad y comenzar a crear una red de contactos.
Sin embargo, los rumores del horror que puede ser la moda son ciertos, para Liz: no todos los que están a cargo saben que los asistentes son apoyo y no esclavos. Aún así, nos sugiere que nunca esta de más preguntar y ser open mind. Profesionalismo y actitud, pero no se dejen que los pongan a cargar mochilas.
¿Y el dinero?
Al contestar la pregunta sobre como es ser maquillista, freelance y trabajar en moda mexicana, Liz lo resumió en una frase: Te echas la bendición y es un salto de fe hacia tu compromiso.
Ser maquillista freelance recae un poco en la incertidumbre, existen días increíbles y otros no tanto. La estabilidad económica es algo que existe hasta varios años después del inicio de una carrera profesional, con una dinámica de pagos en lapsos de hasta 90 o 120 días y horarios cambiantes es complejo encontrar un camino claro. ¿La clave para Liz? Talento y ahorro. Pero, ¿de donde sacamos el talento? Existen cosas natas, claro; pero la profesionalidad se encuentra en la práctica y en la curaduría de nuestras inspiraciones. Pongamos atención de quien aprendemos y lo que consumimos.
Si soy maquillista, ¿también tengo que ser tik toker?
En las dinámicas laborales modernas resulta crucial tener una presencia en redes sociales, aunque seas abogado, dentista o veterinario, es casi obligatorio tener un Instagram llamativo y como bonus, un video tuyo bailando un trend de TikTok.
Para Jardon; como persona que creció sin redes; esto resulta agotador. Ser maquillista ahora implica posts de Instagram , grabar reels sobre productos y tener una comunidad digital. Instagram se ha convertido en un CV y TikTok en un requisito. Si no estas en las redes, no existes. (Liz Jardon)
Si los modelos y los actores son blancos, ¿los maquillistas también lo tienen que ser?
No es un secreto que la moda es un ambiente lleno de blanquitud y es una realidad que tu origen determina hasta donde puedes llegar en muchos casos. Y para Liz, la lengua ha logrado ser un obstáculo.
«He perdido algunos trabajos por no hablar inglés al 100%. No me han dado algunos empleos porque mi inglés no es perfecto». Y podríamos pensar que los trabajos que no obtuvo Liz son en el extranjero. No, error.
Fueron en México. Ella habla inglés en un 60%. Perdió esos trabajos por no poder chismosear con el talento.
El elefante en la habitación: Carolina Herrera Resort 2025.
El llegar a un evento como un desfile de ese tamaño, Liz lo compara a un examen final. Tienes que demostrar habilidades no solo como rapidez y creatividad si no también concentración y equilibrio emocional.
Maquillar para Carolina Herrera y aparecer en el contenido de la marca fue un sueño para ella. Ese tipo de eventos usualmente no transcurrían en México hasta el reciente hype en donde empezamos a ver eventos como la colección resort de Dior el año pasado o el Día de Muertos de Jean Paul Gaultier, así que poder salir de tu casa por la mañana y dirigirte rumbo a un desfile de una marca como Carolina Herrera es una sensación surreal. Así lo fue para Liz.
Maquillar para un evento de ese estilo fue un reto, ser seleccionada por Anagdev, la key artist colocó una presión al reto. Pero, a ella le gustan los retos.
Y lo demostró con honores en los trazos de cada delineado negro y labios corales del desfile. A 10 años después de iniciar maquillando novias y demás eventos sociales, hoy puedes encontrar sus manos en el backstage de Carolina Herrera. Eso es lo que hace el talento, la pasión, un buen book y estar preparado para las oportunidades.