Carta a Ximena
Pañuelo en mano para nombrar A cada mujer desaparecida Cada muerta solitaria Por quién no hicimos nada
Puño en alto esto no va más No callaremos si aquí presentes Tus viejas maneras derrumbamos ya
Las mujeres se están revelando Los hombres no saben que hacer Todas las fechas en movimiento Las reglas se vuelven a hacer
(Mujeres, Julieta Venegas, 2020)
Carta a Ximena
Corazón, hoy como casi todos los días pregunto al cielo por ti, quiero saber que fue de ti, si eres la modelo que me juraste que ibas a hacer cuando te conocí en el 2006, quiero saber si tus ojos avellana siguen brillando y tu boca aún se quiere comer el mundo de una mordida.
Te conocí cuando éramos niñas y nos encerrábamos en un baño a besarnos y jugar a las lesbianas porque lo vimos en una película, fuiste la primera persona que bese y te puedo afirmar que aún eres el beso que sigue apareciendo en mis sueños.
¿Recuerdas la vez que nos descubrieron y estuvimos todo un año en terapia? ¿Recuerdas cómo los adultos nos parecían tan tontos por no entender nuestro juego?
Todos los días de abril aún te recuerdo, porque fue el día que te tuviste que ir, y llevo cargando con eso toda mi vida.
Los vientos de la primavera inundan de tristeza mi corazón al recordar tu voz.
Estábamos jugando y te caíste, y vino el profesor de deportes a ayudarte, te dijo que necesitabas una pomada, yo quería ir contigo pero me dijo que yo no podía ir, que tenías que ser valiente e ir tú sola, tú me conoces y sabes que jamás he hecho lo que me dicen. Te seguí, pero cerraron la puerta y no podía ver nada hasta que encontré una grieta en la puerta y vi algo que en se momento no pude entender.
Ahora más de 10 años después sé que lo qué pasó, se porque lloraste ese día, sé porque me tomaron del cabello y el profesor me dijo que calladita me veo mucho más guapa, ahora sé porque me dijo que si yo quería ir también por pomada a su oficina.
Perdóname por no entender, por no haber hablado, por no haber hecho nada, por haber dejado que el brillo avellana se apagara, perdón por haber dejado que enfermaras, lo siento. El último día de abril fue la última vez que te vi, y no creo que pueda olvidar tu cara nunca, y menos lo que dijiste, de como te ibas de la escuela porque no querías seguir jugando conmigo, aunque tú y yo sabíamos que no era así.
Jamás volví a saber de ti, escuché rumores de cómo te fuiste de la ciudad y cambiaste hasta tu nombre, y no te culpo, a veces me sigo culpando a mí por todo esto.
Hoy 14 años después hice una pancarta con tu nombre para una marcha, porque no quiero que ninguna otra niña sea Ximena, no hay ni una sola consigna que no grite pensando en ti, incluso pensando en mi, en cómo pude haber sido la siguiente, en cómo no quiero otra Sofía que se quede callada.
Hace unos meses me dijeron algo que resonó en mi cabeza: ¿Sofía, por qué nunca te puedes callar y siempre tienes que ser tan imprudente?. Creo que tengo la respuesta, la última vez que me quedé callada no se hizo justicia por ti y te mataron en vida.
No pude hacer nada cuando te paso a ti, pero te prometo y juro por tu nombre que jamás me volveré a quedar callada.
Te recuerda siempre, Sofía.
El 8M es una conmemoración de coraje, resiliencia, sororidad y lucha. Las mujeres exigimos respeto, justicia, paz, poder vivir sin miedo, saber donde están nuestras hermanas desaparecidas, queremos una deconstrucción de la sociedad que tenemos, una sociedad donde la vida de las mujeres se ve como algo desechable, queremos un gobierno que castigue y encuentre agresores usando el mismo empeño con el que protegen sus paredes y monumentos.
Tenemos un largo camino que recorrer aún para que ninguna otra Ximena sea arrebatada de su vida, y ninguna Sofía se vuelva a quedar callada, pero juntas, no se va a caer, lo vamos a tirar.