Hoy en Run The Runway quisimos transmitir y sobre todo dar a conocer el mensaje tan poético que Robert Wun; El primer diseñador de Hong Kong que apareció en la semana de la Haute Couture en París; nos expuso de forma tan artística durante la celebración del décimo aniversario de su marca. Pues durante su proceso creativo el diseñador cuestionó en todos los aspectos posibles su trayectoria desde principio a fin ¿Por qué trabajo en la moda por tanto tiempo? ¿Quiere seguir haciéndolo? ¿Si es el caso, cuánto tiempo más será capaz de seguir en este mundo de creatividad? ¿Acaso su trabajo ha tomado algún propósito o mensaje durante los últimos 10 años? Realmente todas estas preguntas representan el lado más humano de cualquier persona, nuestras incertidumbres o miedos por dar ese gran paso que tal vez y solo tal vez si valga la pena al final, la única forma de darse cuenta es a través del tiempo.
Wun afirma que al finalizar su proceso, todas sus dudas se resolvieron. Pues el diseñador explica que en efecto, todo tiene su final y pasará en su debido momento, ¡pero eso está bien! Pues no podría estar más de acuerdo con su pensamiento, ningún final podrá quitarle la belleza a lo que hagamos. No porque termine significa que no fue perfecto, siempre y cuando haya sido realizado con pasión. Es por esto que Robert Wun decidió llamar su colección de otoño 2024 con 25 looks “Time Today”. Esta exposición que me atrevo a calificar como arte es una exploración del efecto del tiempo en lo efímero. Con sus hermosas piezas que viajan desde las diferentes temporadas a través del año, hasta una gran celebración del “fin”. Sus últimos cuatro looks nos dejaron con una conexión tanto física como espiritual de este concepto, con una representación del cuerpo humano: la piel, la carne, los huesos y clausurando con el alma.
Empecemos con el look 22, como lo mencione anteriormente, este es una representación de la piel humana. Con sus múltiples capas, diferentes tonos de telas que parecen ser seda y los efectos de dobleces que realizaron. Wun logró representar de una forma bastante universal la piel, las manchas o uniformidades que podemos tener a lo largo del tiempo, los diferentes grosores o los puntos sensibles dependiendo de la parte del cuerpo y sobre todo las arrugas que todo humano tiene. Estos son los tatuajes naturales de nuestra piel que muestran que vivimos nuestra vida.
Para el look 23, Robert quiso dar una ilusión como si los músculos salieran del cuerpo. Este hermoso vestido rojo sangre que pesa tan solo 40 kilos, fue realizado con una técnica particular. Si vemos el diseño podemos darnos cuenta que no se ve tela como tal si no cuentas de corneta. Lo particular es que estas cuentas, a pesar de que brindaban la forma y el volumen, también le dieron una textura única al vestido ya que fueron bordadas de pie, simulando unas púas y no de forma acostada como se suele hacer.
Enseguida se introduce a la pasarela los huesos, nuestro look número 24. En esta representación, el diseñador decidió tomar un acercamiento mucho más teatral. Con su máscara siniestra y los diferentes huesos que están superpuesto en un vestido negro que se difumina con la pasarela, nos hizo pensar que era una marioneta. Los huesos iban casi sueltos lo que daba un efecto de movimiento. Pues si comparamos sus obras anteriores las cuales fueron realizadas con mucho más detalle, podemos darnos cuenta que Robert Wun quiso exponernos de forma radical a un lado más frío, crudo y mismo siniestro del proceso del tiempo. El final de nuestro cuerpo, lo físico. Pero cómo podemos terminar así? Acaso ese es nuestro final?
Para cerrar su desfile y contestar a las preguntas precedentes, Wun nos explica a través de su look número 25 que lo más importante de cada individuo seguirá viviendo, que en efecto nuestra alma no está destinada a perecer ya que volvemos al universo, algo tan único y perfecto a la vez está destinado a regresar a su origen. Aquella majestuosa obra que se conforma de un vestido velado con capas de tul bordado con cristales y miríadas de frágiles cristales multicolores que fueron posicionados de forma estratégica en las zonas más oscuras del vestido.
Me encantaría terminar por un reconocimiento a Roberto Wun, un diseñador que a través de la moda nos expuso al divino concepto del tiempo, algo inevitable que nos causa tanta curiosidad y muchas veces nos reivindica por su belleza abstracta. El diseñador termina afirmando que
“ Hacer que el tiempo tenga sentido es disfrutar el tiempo que te han dado en la tierra”. -Amélie Eymard C.